Si te pones a revisar, al ir creciendo y hacernos cada vez más adultos, inconscientemente nuestro día a día nuestros “quiero hacer esto” fueron cambiando a “tengo que hacer esto”.

En nuestra infancia decíamos: quiero jugar, quiero salir, quiero comer, quiero quedarme en casa de mi abuela, quiero llorar, quiero quedarme despierta, quiero …

Al crecer, empezaron los: tengo que levantarme para ir al colegio, tengo que hacer una investigación de biología, tengo que lavar los platos como mi madre me mandó.

Hasta llegar a: tengo que pagar el préstamo, tengo que pagar el agua, tengo que ir a trabajar, tengo que visitar a Fulanito porque es lo socialmente correcto, tengo que llevar a mi hijo a la clase de música, tengo que lavar la ropa, tengo que ir al médico, tengo…, tengo…, tengo…

Ya en otras ocasiones te he comentado que el cerebro, para bien o para mal, se cree todo lo que le digas. De allí el poder que tienen las palabras en la configuración de nuestras vidas.

El cerebro no entiende las ironías, ni mensajes de doble sentido, es muy literal, es como tu hijo cuando tenía alrededor de 3 añitos que si tú le decías que te estabas muriendo de risa, se asustaba.

O si le decías que tenían que salir volando, te decía que no tenía las alas puestas para volar. Ja Ja Ja Ja  Te llegaron a pasar muchas de esas ¿verdad?  O están por ocurrirte, si aún tus hijos no hablan.

Nos hemos acostumbrado tanto a los tengo que, que hasta las actividades que nos gustan nos las imponemos, y por ejemplo decimos: tengo que ir a la peluquería o tengo que ir al cine, aunque ambas actividades te gustan y quieres hacerlas

 

Te animo a probar, ¿cómo te sientes?, cuando dices:

TENGO QUE PAGAR LA CLASE   o 

 TENGO QUE IR AL TRABAJO

 

Y ahora prueba ¿cómo te sientes? cuando dices:

QUIERO PAGAR LA CLASE   o   

QUIERO IR AL TRABAJO

 

Decidir y actuar luego de un “quiero”, cambia la actitud, el ánimo y las ganas con la que haces algo.

Es como que tu cuerpo se pone en posición y listo para moverse hacia lo que quieres. Tu pecho se ensancha y hasta respiras más profundamente, llevando así más oxígeno a todo tu cuerpo.

Además al decir QUIERO, estás tomando responsabilidad de ti, de tu decisión, sabes lo que quieres con todo y sus consecuencias… o al menos las prefieres.

Te cuento algo para ilustrar lo que quiero decir. Una vez quería hacer una formación que me interesaba mucho a nivel profesional, la dictaban en una ciudad lejana de donde vivía. Podía hacerla de forma intensiva por 20 días o distribuida en varios meses.

Cuando mamá se ausenta, la familia se reorganiza para seguir con las actividades de todos, ausentarse un fin de semana no es igual a hacerlo 20 días. Las comidas, traslados, tareas escolares, etc.

Sopesé todos los aspectos de las 2 opciones, conversé con mi esposo, busqué apoyo de amigas, y…

En vez de decir TENGO QUE VIAJAR, me dije, QUIERO VIAJAR por 20 días. Entonces me fui más tranquila.

También pude DECIDIR no hacer la formación, pero luego no valía quejarme, y enojarme porque no había hecho la formación. Pues habría sido consciente de que era lo preferible en ese momento.

En muchas ocasiones nos quejamos de lo que TENEMOS que hacer, pero no tomamos otras opciones para hacerlo diferente porque no nos gusta o no queremos las consecuencias o el trabajo de ajuste que eso implica.

Si esto es así, pues di con valentía, amor a ti misma, respeto a tu momento y circunstancias, PREFIERO ESTA SITUACIÓN, Y LA ELIJO Y ME HAGO RESPONSABLE DE ELLA.

Como esto es mi elección, entonces puedo decir con propiedad QUIERO HACER TAL COSA.

Cada vez que te vayas a quejar, o te quejes, recuerda tus razones, recuerda tus preferencias. Eso ayudará a que mejores tu actitud frente a eso que provocaba la queja.

Por cada TENGO que digas, cámbialo por un QUIERO. Ya verás cómo te haces más consciente de todo lo que haces cotidianamente.

En el proceso de reflexión de porque “quieres” en vez de “tienes” que hacer algo, te sorprenderás de tus razones, conocerás lo que es importante para ti, y hasta puedas conseguir otras opciones.

Contribuirás a ese tan preciado auto conocimiento que es uno de los soportes de nuestra autoestima.

 

Sigue diciéndote: TODO EMPIEZA POR MI

Mamá feliz, hijos felices

 

Puedes contactarme para acompañarte personalmente en tus objetivos y superación de obstáculos en este enlace http://autoestimaparamamas.com/coaching/

 

Sobre la autora:

Emil Pacheco Sandrea, Coach Personal, te acompaña en el viaje a tu éxito, al viaje al centro de ti, donde está un baúl con tesoros esperando que les permitas salir.

Si quieres seguir recibiendo herramientas de crecimiento personal, tips que te apoyan en tu cotidianidad, en cómo manejarte en tu familia. Inscríbete en el boletín gratuito, llenando datos muy sencillos, sin riesgo de spam y con privacidad en www.emilpacheco.com

 

Emil Pacheco Sandrea

Coach Personal

autoestimaparamamas.com