A la sociedad, como al cerebro, le gusta etiquetar y generalizar, para aliviar un poco la carga de reconocer y atender a tantas diferencias. Y así “facilitar” las actividades cotidianas. Entre ellas el sexo…
Es común oír del “Sexo débil”, y me pregunto
- ¿Débil según quién?
- ¿Débil para qué?
- ¿Qué tan débil?
- ¿Qué hace débilmente?
- ¿Qué es débil?
Me respondo:
- Según los hombres o según lo que nosotras preferimos.
- Para hacer trabajos físicos pesados.
- Eso es relativo, hay hombres físicamente más fuertes y más débiles en comparación con algunas mujeres.
- Podemos elegir qué hacer débilmente y que hacer fuertemente, a partir de esa elección podemos prepararnos.
- En la antigüedad podrían haber llamado débil a lo que no era físico, lo que era más emocional o más asociado a la inteligencia, a lo social, a la manera de actuar, que a lo puramente fuerza física.
Escribo desde mi opinión, la cual respeto y la comparto con mis lectoras. Sé que hay muchísimas opiniones acerca de este tema. Tú tienes el poder de decidir si quieres seguir leyendo.
Una vez un hombre muy sabio me dijo que abrazara lo que yo consideraba mis debilidades y mis defectos, porque desde ellos construiría mis fortalezas.
Hombres y mujeres, somos sexos, géneros, en fin, energías diferentes, personajes diferentes con roles diferentes, en esta novela que cada persona se crea.
En la sociedad se habla mucho de la guerra y la competencia entre sexos, yo prefiero armonizarlos desde el respeto por la identidad de cada quien.
Podemos encontrarnos parejas cuyas formas de ser y gustos podrían no encajar en la típica pareja, donde el hombre es alto y fortachón y la mujer es bajita y delgada.
Hay parejas en las que al hombre le gusta la decoración y a la mujer le gustan los automóviles. Y eso no los hace tener algún problema psicológico de identidad. Finalmente somos una mezcla de energías llamadas masculinas y femeninas, pero que podrían ser llamadas de otra forma que represente una dicotomía o antagonismo, que buscan COMPLEMENTARSE.
Hablo de este tema, no para polemizar. Lo hago para ayudarnos aceptar nuestro ser, nuestra mezcla de energías, nuestros gustos, nuestras capacidades, nuestras habilidades como persona.
Como pareja es importantísimo que cada uno se reconozca primero, y desde su reconocimiento y valoración, decirle al otro, “esto tengo para aportar a este equipo-pareja que luego extenderemos al equipo-familia”.
Decir “Así soy yo” “Esto soy yo” pero no desde la rígida posición de “así soy yo y te lo aguantas…”. No. Es decirlo desde el “conóceme, esto me gusta hacer, así me gusta ser y te lo ofrezco para que juntos lo disfrutemos, lo aprovechemos y lo hagamos productivo en nuestro camino de familia”.
Nuestra autoestima de mamá, empieza en la autoestima de mujer que somos. Valorar nuestro aporte a la pareja, y a la familia contribuye a que el otro también lo haga.
Si estás en casa al 100 % cuidando a tus hijos y a todo el hogar,; No digas: “yo no trabajo”. Puedes decir algo como: “trabajo en la gestión familiar”. Porque realmente eso haces. Y es un GRAN trabajo
No te digas, ni digas: “es que yo no aporto, el que sostiene la familia es él (mi marido)”, Podrías decir, “invertimos lo que cuesta una guardería y servicio de gestión de hogar, en compartir momentos juntos en casa”.
Esas frases las escuchan tus hijos e hijas. Y en este caso uso las dos palabras (hijos e hijas) porque quiero enfatizar el hecho de que este discurso, estas afirmaciones, afectan las creencias y valores de los futuros hombres y mujeres de la sociedad. Una sociedad que luego podría quejarse de la violencia machista o de la desigualdad en los salarios entre hombres y mujeres.
Con esto no es que te digo que te quedes en casa y no trabajes fuera o en tu empresa. Haz lo que quieras o necesites hacer como persona, como pareja o como codirectora de una familia.
Pero sé consciente de que tu armonía emocional con lo que eres, con lo que haces por gusto, con lo que haces por necesidad momentánea, contribuye a tu bienestar, y tu bienestar emocional contribuyen con la armonía emocional de tus hijos y esa armonía infantil es y será pilar de la salud mental y emocional de tu hijos toda su vida.
¿Cómo logras esa armonía? Despertando. Atrévete a preguntarte y responderte, con valentía y con amor.
Con esto quiero despertar el poder que tenemos como mujeres y más como madres de la sociedad del futuro próximo.
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Ánimo mamá, la vida es cada día
Mamá feliz, hijos felices
Todo empieza por tí
Sobre la autora:
Emil Pacheco Sandrea, Coach Personal, te acompaña en el viaje a tu éxito, al viaje al centro de ti, donde está un baúl con tesoros esperando que les permitas salir.
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Emil Pacheco Sandrea
Coach Personal
Excelente artículo, invita a la reflexión. Gracias por compartirlo.
Excelente artículo, gracias..